Covid-19 y TIC en residencias

Durante el tiempo de confinamiento y posterior desescalada casi todo el mundo ha estado pensando en como combatir las consecuencias del Covid-19. Seguimos en ello porque esto parece que simplemente está empezando.

Antes de analizar que pueden aportar las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), me gustaría recordar que la verdadera «solución» pasa por que la humanidad sea más humilde y respetuosa con el resto del planeta. Muchas veces da vergüenza ser humano, pero eso es harina de otro costal.

Centrándonos en el caso de las residencias de personas mayores o con diversidad funcional, sobre todo las de mayores que son más vulnerables a este virus, tenemos escenarios en los que muchas personas dependientes son atendidas por profesionales que las movilizan, asean, alimentan… en espacios reducidos como habitaciones, baños o pasillos.

Después de confinar a los dos colectivos (residentes y asistentes) y siempre que el virus no haya entrado ya a la residencia, habría que controlar cualquier contacto con el exterior y poner todas las medidas higiénicas en los que son imprescindibles. No creo que sirva de mucho la idea de las cámaras termográficas para las residencias. Pueden dar la misma sensación de falsa protección que dan los guantes.

Lo que sería útil es monitorizar la temperatura corporal de forma continua, no solo al pasar por delante de una cámara. Esto ya era útil antes del Covid-19 pero de momento no lo hemos visto implementado en ninguna residencia. Hay aspectos prácticos a la hora de que personas mayores vistan sensores que no se han superado hasta ahora. Flaco favor nos hacen ciertas noticias que pretenden mostrar soluciones «fáciles» a problemas complejos.

Ojalá existiera un sensor vestible que detectara si una persona está infectada o no, generando una alerta antes de que pueda contagiar el virus. No existe ese sensor y como los test solo dan información de manera puntual, lo único que podemos pretender es formar burbujas de personas supuestamente sanas y extremar la higiene cuando contacten con personas de otras burbujas.

En una residencia estructurada en pequeñas unidades de convivencia se podrían formar estas burbujas de una manera más sencilla que en una con largos pasillos con habitaciones dobles a ambos lados, pero la arquitectura no es la cuestión ahora. Tenemos los edificios que tenemos y seguirán ahí durante muchos años.

Entonces, ¿qué pueden proporcionar las TIC a las residencias actualmente?. Me gustaría decir que muchas cosas pero básicamente son las mismas que antes de febrero de 2020. Veamos algunos ejemplos centrándonos en lo posible en lo relativo al Covid-19:

  • Ahorro de tiempo en algunas tareas: por ejemplo rondas. Los profesionales han de dedicar su tiempo a lo que la tecnología no puede hacer.
  • Registro digital de la información: permite análisis efectivos, envío de informes a familiares, defender con datos el buen hacer de la residencia… transparencia.
  • Comunicaciones interiores y exteriores (texto, audio y vídeo): reduce el aislamiento, la soledad, el aburrimiento, y también desplazamientos innecesarios.
  • Sensorización de todo tipo: ejemplos de uso.
  • Domótica: si los motores abren puertas no es necesario tocar pomos, tampoco los interruptores de luces o persianas si están integradas en la domótica del edificio.
  • Control de accesos: permite sectorizar y controlar quien entra en cada zona.
  • Localización en interiores: para alertar si cierta persona se encuentra donde no debe. El control de errantes sería un caso particular.
  • Servicios de asistencia remota o automantenimiento: evitar personal externo ante incidencias o nuevas configuraciones de los equipos de la residencia.
  • Realidad virtual: también permite mitigar el aislamiento. Ver Oroi

Habría que desarrollar mucho cada punto pero quisiera resaltar algo importante. Lo que estos ejemplos tienen en común es que no son productos que se compran e inmediatamente están listos para funcionar. Son sistemas o servicios que conllevan un análisis, una formación, un periodo de implantación e integración. En definitiva requieren tiempo. Justo lo que no se tiene cuando llega una crisis aguda.

Nuestro consejo a los responsables de las residencias que más retrasadas se encuentren en estos aspectos es que se informen. Que vayan subiendo en la medida de sus posibilidades la escalera tecnológica, tanto en el caso de sistemas de llamada asistencial (SAID) como en otras TIC. Les permitirá afrontar mucho mejor la siguiente situación de crisis y también será beneficioso en el día a día «normal». Nuestros mayores (nosotros del futuro) lo agradecerán.